JERUSALEN.- Activistas enviaron ayer dos nuevos barcos a la Franja de Gaza para desafiar el bloqueo israelí, luego de que un ataque de la Marina israelí a una flotilla que iba a Gaza con ayuda humanitaria terminó con nueve personas muertas por soldados.
El violento abordaje desató fuertes críticas mundiales a Israel, causó una polémica en el país y aumentó la presión sobre el gobierno de Benjamin Netanyahu para que levante el bloqueo al enclave palestino.
El vocero del primer ministro subrayó sin embargo que Israel no puede poner fin al bloqueo por temor a que Hamas, enemigo jurado de Israel, haga entrar cohetes y armas a la zona. "No pueden entrar a la Franja de Gaza barcos de carga sin ser revisados", dijo.
Violento alboroto
La flotilla pro palestina navegaba a Gaza con 10.000 toneladas de alimentos y otros productos. Tras días de advertencia, la Marina israelí interceptó y abordó los barcos el lunes por la madrugada, desatando un violento alboroto que dejó nueve activistas muertos y decenas de heridos, entre ellos siete soldados.
Israel señaló que 680 personas fueron detenidas, de las cuales unas 50 abandonaron el país de manera voluntaria. Cientos de activistas que se negaban a cooperar permanecían detenidos o enfrentaban la deportación. Israel anunció que todos los activistas serán liberados y deportados a sus respectivos países, unos 60, según Tel Aviv.
El incidente se produjo en el barco turco "Navi Marmara". Según fuentes militares israelíes, el abordaje tuvo lugar dentro de la zona económica exclusiva de Israel (a menos de 200 millas náuticas), y que por lo tanto no son aguas internacionales como dijeron los medios de prensa.
Hasta el final
El Movimiento Gaza Libre, que organizó la misión de la flotilla, anunció que no será intimidado y que otro barco navegaba ayer hacia Gaza desde aguas frente a Italia. Se espera que a este se le sume una segunda nave con una treintena de activistas.
La portavoz de la organización, GretaBerlín, declaró que esta iniciativa no se detendrá. "Van a tener que levantar el bloqueo, y una de las formas de hacerlo es que sigamos mandando barcos", dijo.
El ejército israelí no quiso responder sobre qué hará al respecto. Pero el vocero de la Cancillería israelí, Yigal Palmor, dijo que no hay ningún cambio de política y urgió a los activistas a enviar la ayuda a Gaza por medios autorizados.
A bordo del "Rachel Corrie", que según fuentes palestinas llegará hoy a las aguas de Gaza, se encuentran, entre otros, el norirlandés Mairead Corrigan Maguire, ganador del Nobel de la Paz y fundador en 1976 de la Community for Peace People; Denis Halliday, ex asistente del secretario general de la ONU y Caoimhe Butterly, una activista de derechos humanos que en 2002 fue herida de bala por soldados israelíes durante un tiroteo con milicianos palestinos.
Cautela de EEUU
Entre tanto, ignorando un pedido de Turquía, hasta el lunes un fuerte aliado de Israel, de condenar explícitamente el asalto, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, instó a una respuesta "cuidadosa" al cuestionado ataque militar israelí.
"La situación desde nuestra perspectiva es muy difícil y requiere de respuestas meditadas de todos los involucrados", dijo la jefa de la diplomacia estadounidense tras reunirse con su par turco, Ahmet Davutoglu.
Apoyo estadounidense
Para Estados Unidos, el ataque a la flotilla desató una inesperada crisis que puso en riesgo su relación con dos importantes aliados, como son Turquía e Israel, y sus esfuerzos de relanzar el proceso de paz entre israelíes y palestinos.
Clinton reiteró el apoyo de EEUU a una declaración del Consejo de Seguridad de la ONU, que condenó las acciones y pidió una investigación imparcial de los hechos.
Sin echar culpas, Clinton manifestó que el incidente de la flotilla demuestra que es insostenible e inaceptable la situación en Gaza, sometida al bloqueo de Israel y de Egipto desde que la región fue conquistada por el grupo radical palestino Hamas, en 2007.
Estados Unidos media desde mayo en conversaciones de paz indirectas entre Israel y el gobierno de Mahmoud Abbas, tras 18 meses sin contacto. El negociador estadounidense, George Mitchell, partió otra vez hacia la región. (Especial)